VISITA EL ESTADO DE YUCATAN 103
viernes, 11 de octubre de 2013
miércoles, 9 de octubre de 2013
Sitios Arqueologicos y museos de Yucatan
Zonas arqueológicas del estado de Yucatán
Xcambó Cerca del mar han sido hallados importantes vestigios de la cultura maya. Uno de ellos es Xcambó, ubicado muy cerca de Telchac y que en su tiempo se funcionó como un destacado centro comercial. Hoy aquí se pueden admirar pirámides, caminos mayas y plataformas habitacionales. Izamal A esta ciudad colonial se le conoce como "la ciudad de las tres culturas", pues en ella se conbinan rasgos de su pasado prehispánico, del período colonial y de la época actual. Se encuentra a 1 hora de Mérida, y muchos operadores turísticos la incluyen en su recorrido a Chichén Itzá. Izamal fue una vez un enorme centro ceremonial maya. Dicen que es más antigua que Chichén y Uxmal. El INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) ha encontrado y catalogado alrededor de 80 estructuras prehispánicas dentro de la traza de la ciudad, una de las más importantes es la pirámide Kinich Kak Moo. Oxkintok Oxkintok (tres sacerdotes de pedernal, tres días de quema, o, también, muchas fiestas de sangre). Zona Arqueológica en la región más occidental del Puuc, se caracteriza por la antigüedad de sus inscripciones calendáricas (475 y 487 d.C.), por sus columnas de piedra antropomorfas: sus guardianes, y sobre todo, por la particularidad de sus edificios más tempranos, como el Satunsat, conocido también como "el laberinto". La estructura de su pirámide es otro laberinto, con paredes pintadas y decoradas que, en épocas posteriores, fue rellenada con grandes bloques para construir encima sus fases más tardías. A partir del impulso tomado en el siglo V y hasta finales del siglo IX esta ciudad adquiere las proporciones y el carácter de una capital regional y centro de control de un extenso territorio. Aké Su nombre en maya significa "lugar de bejucos" .Se caracteriza por sus sacbés, su arquitectura de grandes bloques de piedra semicareada, conocida como megalítica y típica del denominado estilo izamaleño, su tardía ocupación con edificios del estilo Puuc, sus recintos sagrados y grandes muelas de piedra caliza. El sitio cuenta también con varios cenotes y dos aguadas que en épocas antiguas debieron resolver el problema de abastecimiento de agua. Arquitectónicamente se pueden apreciar estructuras con esquinas redondeadas, escaleras de ángulo bajo, bloques grandes de piedra toscamente labrados, bóvedas del tipo escalera invertida y mampostería de estilo Puuc. Mayapán Mayapán (estandarte maya, o capital maya, o, la bandera de los mayas). En este lugar un buen número de complejos de edificios está distribuido dentro de las murallas; uno de los más importantes es el conjunto central que se agrupa alrededor del Castillo. El grupo del Castillo consiste principalmente en edificios alargados con columnas formando pasillos. La visita a Mayapán lo acercará a la cuna de los linajes Cocom, Xiu y Canul, quienes controlaban sus territorios desde ahí hasta que la ciudad fué destruida durante la sublevación del pueblo. "La Ruta Puuc":Significa montículos y este recorrido incluye los sitios arqueológicos de Uxmal, Kabah, Sayil y Labná. Uxmal Kabah Tres grandes conjuntos arquitectónicos conforman el núcleo urbano de Kabah. La plaza del Palacio muestra el desarrollo arquitectónico del Puuc entre los siglos VII y X D.C., desde el estilo Puuc Temprano en el Templo del Sol, pasando por un estilo intermedio visible en el Teocalli, hasta el Palacio, prototipo de la arquitectura del Puuc. Fue decretada Parque Estatal por el gobierno yucateco en 1993. Está situado en la parte baja de un valle o depresión cárstica, rodeado de cerros de mediana altura, la mayoría con pequeños templos en la cúspide, desde donde se divisan los principales edificios de Nohpat y Uxmal. Sayil Este "Lugar de hormigas" es un conjunto arquitectónico que se eleva sobre los cerros del área; de ahí, en un amplio kancabal se dispersa el antiguo asentamiento. Los principales grupos están interconectados por un sacbé "camino blanco" interno que tiene como extremos el Palacio Norte y el Juego de Pelota, junto al Palacio Sur. Parte de su atractivo son también los recorridos por los caminos rojos que llevan al viajero a los distintos complejos arquitectónicos. La flora, que en algunas épocas tapiza los senderos, y la fauna, sobretodo de aves, forman parte integral de la visita. Un pozo de 90 metros de profundidad permite refrescarse con agua virgen procedente del corazón de estas tierras. Labná Labná significa"casa vieja", se encuentra ubicada en la región de los uitzes o lomeríos. Cuenta con un arco que constituye una de las obras arquitectónicas más representativas del Puuc. Tiene una ocupación dentro del Clásico Tardío, entre los siglos VIII y X d.C. En Labná se encuentran ejemplos básicos de lo que fue el gran desarrollo cultural clásico del Puuc. Su Arco sirve de entrada a este estadio del mundo maya peninsular. Dzibilchaltún Es uno de los más asombrosos centros urbanos de la misteriosa civilización maya, localizado a sólo 22 kms de la ciudad de Mérida. Esta zona arqueológica cuenta con una increíble cantidad de construcciones de piedra, como El Palacio y El Templo del pedestal, además de la Casa de las Siete Muñecas, donde puede presenciar un hermoso espectáculo que el sol regala durante los equinoccios de Otoño y Primavera: la impresionante proyección del mascarón del dios de la lluvia, Chaac, una de las más importantes deidades de la rica cosmogonía maya. Cuenta con un bellísmo cenote "X'lacah", rodeado de una sorprendente variedad de plantas y animales, muchos de ellos únicos en su género. Acanceh En maya significa el venado agonizante, lamento o quejido del venado. Es una Zona Arqueológica ubicada en el pueblo del mismo nombre. En Acanceh, al igual que en Mérida-T'Hó, se pone de relieve la importancia de la conservación de los monumentos antiguos para el enriquecimiento de la fisonomía de las modernas poblaciones, además de que su rescate aumenta el interés turístico de la población. Yaxuná "la casa de color aturquesado", es una peculiar zona arqueológica de monumentales construcciones, extensa y verde, rodeada de milpas y densa vegetación. Es el extremo occidental de la más larga vía de comunicación prehispánica que presenta como evidencia el "sacbé" que une a esta ciudad con Cobá, aquella otra gran ciudad ubicada junto a las lagunas y entre la selva, en el estado de Quintana Roo a menos de 100 kilómetros de distancia.
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Trajes y comidas tipicas de Yucatan
El traje del indio consistió en una camisa larga y volante de tela de algodón blanca o de color crudo, sin adornos; unas zaragüelles o bragas, no muy largas y bastante anchas, que les llegaban hasta media pierna, sin portañuela o abertura por delante y sin botones; pero con dos aberturas laterales en ambas caderas, ciñéndose el calzón con cintas del mismo material.
Completaban esta vestimenta unas sandalias características de cuero de res o de venado, sujetas a los tobillos con cordeles de fibra de henequén, pasándose una cuerda entre el dedo mayor del pie y el siguiente. Un sombrero de paja les cubría la cabeza, trayendo el pelo corto.
En las indias, el fustán consistía en una larga enagua blanca de algodón, ajustada a la cintura, que caía hasta los pies. Y para cubrirles el busto usaban una especie de camisa o jubón blanco, sin formas ni pliegues, que caía sobre el fustán. Un amplio escote cuadrado descubría la parte del pecho y a los lados exhibía dos pequeñas aberturas para sacar los brazos, que quedaban desnudos. Llamaron a esta prenda hipil, que viene del mexicano uipilli, corpiño o peplo que usaban los indios aztecas. Actualmente los hipiles llevan bordados de colores, estampados, grecas, deshilados que llaman xmanikté o xokbil-chuy (hilo contado o punto de cruz).
Concluía la indumentaria de las indias, tocándose la cabeza con una manta blanca de algodón, llamada toca, con la que no solamente se cubrían la cabeza sino las mejillas, busto y brazos.
Usaban también collares de cuentas y rosarios de abalorios rojos, intercalando en la sarta, amuletos tallados en hueso y dientes de jabalí.
Consiste hoy el traje clásico de los mestizos varones en una camisa larga de tela blanca, de mejor calidad que la de los indios, finamente planchada, que suelta en faldas volantes, les llega hasta medio muslo. Un pantalón de dril o lienzo fuerte blanco, almidonado y planchado que termina en ancha boca de campana, pero que antes era angosto y les llegaba hasta los pies. Sandalia (alpargata) de lujo de buena piel, sujeta al tobillo con correas pespunteadas y charoladas y suela gruesa de dos o tres capas de cuerpo, que rechinan al andar.
Usan sombrero de paja tipo jipijapa o panamá, fabricado en el Estado; al hombro y sólo cuando hace un poco de frío, usan una vistosa cobija o jerga de vistosos colores y con flecos, llamada en el país con su nombre extranjero: "plaid".
La pechera de flamante camisa va sujeta con botones de oro, pendientes de una cadenilla del mismo metal que los une a todos por dentro de la camisa. Este es el traje de lujo de los mestizos.
El traje de trabajo, se compone de un calzón blanco de lienzo fuerte y camiseta de tela de algodón blanco o de un tejido de calceta o punto de media. Se ciñen, además, para el trabajo, un delantal de cotí (cottin) azul o a rayas: tela de lienzo grueso que se usa comúnmente para colchones.
El traje de la mestiza consiste en un huipil de batista de lino, de fino algodón de seda, siguiendo en todo el modelo de las indias: jubón cuadrilongo que cae volante, con dos aberturas laterales que por el ancho de la prenda simulan unas mangas cortas, quedando los brazos desnudos; un amplio escote cuadrado descubre la parte de pecho, dejando desnudo el cuello. Este escote, en sus orillas, lo mismo que los bordes de la camisa, va orlado de cenefas bordadas de vivos colores, en variadísimas labores, desde el bordado de punto de cruz (xokbil-chuy) y el de seda estilo inglés, hasta el de pinturas y miniaturas al óleo. En otros, el cuello es postizo, con flores estampadas y con encajes de Holanda y Chantilly. Les llega hasta media pierna y su borde inferior cae con gracia. El fustán, que se ciñe al talle y que sobresale bajo el huipil, tiene los mismos adornos y cenefas que éste y con él hacen juego, contemplándose ambos adornos uno debajo del otro.
Antiguamente, las mestizas se cubrían la cabeza cuando iban de paseo o a la iglesia, con una toca blanca bordada en punto: evolución perfeccionada de la manta blanca usada por las indias durante la época colonial. En el último tercio del siglo XIX fue substituida por el rebozo de color, corriente en las mestizas de escasos recursos, y lujoso en las que pueden costearlo. Hoy está de moda entre las mestizas pudientes el rebozo de seda de bolita y el llamado de Santa María, de preciosos colores, tejido en las fábricas de Puebla.
Gastronomía del estado de Yucatán
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Ubicación de Yucatan
Ubicación geográfica y clima de Yucatán
Al finalizar la primavera caen lluvias generalmente moderadas que se aprovechan para las siembras. Se les denomina lluvias orientales, por venir en su mayor parte con una inclinación desde ese punto cardinal y están acompañadas generalmente por vientos en esa dirección. Las lluvias son más abundantes en el sur y menos frecuentes en las costas pues la escasez de árboles y brisas marítimas evitan en muchas ocasiones que las nubes se aproximen al litoral. COSTUMBRES Y TRADICIONES DEL ESTADO DE YUCATAN
La Vaquería
En las tradicionales fiestas que realizaban los ganaderos, ignoramos hace cuanto
tiempo, en recuerdo de las clásicas verbenas españolas tuvieron lugar nuestras vaquerías en ocasión de la hierra de las reses y su acostumbrado recuento anual. Allí se bailaban las jaranas, una de las primeras variantes fue "el Torito".
Las vaquerías son bullicio y diversión, las mujeres destacan con coloridos huipiles y rosarios de filigrana. Los hombre, guayabera blanca inmaculada y elegantes alpargatas. Luego de un rato de baile, alguien grita "Bomba". Se detiene la orquesta, el baile se interrumpe para que alguno de los actuantes exprese los agudos decires de las "bombas", cuartetas que pueden llegar a ser madrigalescas, descriptivas, satíricas, pero frecuentemente picarescas, donde aflora el innato sentido del humor del yucateco.
La Canción Yucateca
La canción yucateca florece a fines del siglo pasado con determinante influencia Europea y va adquiriendo influencia cubana con la guaracha, el bolero, la danza y la clave, recibiendo finalmente influencia colombiana con el bambuco. Así la canción yucateca es el feliz resultado de una confluencia de razgos de diferente culturas, pasada por el tamiz de nuestra personalidad mestiza. Algunos de los músicos y compositores yucatecos con mayor trascendencia son: Cirilo Baqueiro (Chan Cil), Fermín Pastrana (Huay Cuc), Antonio Hoil; en otra generación tenemos a: Ricardo Palmerín, Guty Cárdenas y Pepe Domínguez. En los tiempos actuales, nuestros compositores más destacados son Pastor Cervera y Sergio Esquivel.
EL Hanal Pixán
En todos los países civilizados es costumbre conmemorar el día de difuntos con diversas manifestaciones de duelo que dedican a sus deudos muertos. Estas prácticas se concretan a oraciones, rosarios de ánimas, ofrendas florales y visitas a los panteones. Entre nosotros, en América, en casi todas partes, se encienden lámparas sobre los sepulcros y hay paseo general de campos santos e iluminan los lugares donde han enterrado a los muertos.
En Yucatán, entre los indios mayas, se observa una costumbre que viene desde sus ancestros: costumbre netamente maya mezclada, después de la conquista, a prácticas piadosas conforme al ritual católico. Obra es ásta, de los franciscanos; quienes, no pudiendo desarraigar de golpe, en la raza conquistada, sus antiguos ritos idolátricos, toleraron ciertas prácticas que no se oponían al dogma: como honrar a sus muertos, ofrecer presentes, encender velas y quemar resinas aromáticas. Existe, pues, hasta la fecha entre los indígenas mayas, una práctica piadosa que tiene por origen la sagrada veneración que el indio tiene por sus deudos muertos, a quienes sepultan en el interior de sus hogares.
Historiadores y cronistas, como Fray Diego de Landa y Cogolludo, aseguran, -estudiando costumbres de la raza aborigen,- que entre los mayas no exitían cementerios en sus ciudades. El maya,-dice el cronista-, sepulta sus muertos en su propia morada. El entierro de sus deudos lo hacía cada habitante a espaldas de su casa, en un recinto o patio libre de malezas y bien barrido, donde era abierta una fosa y en la misma tierra, sin ataúd, colocaban el cadáver introduciéndole en la boca cierta cantidad de masa de maíz bien cocida, llamada "keyem" para que pudiera alimentarse mientras reposaba.... Hecho el entierro, colocaban una señal para identificar la tumba. Generalmente consistía ésta en un corralejo de dos metros en cuadro, hecho de varillas o palos: "coloc-ch‚". Y en tiempos de la colonia marcaban aquellos sitios con una tosca Cruz de madera que colocaban dentro del cuadro.
Debido a esta práctica indígena de sepultar los muertos en casa para tenerlos cerca, a fin de poderles ofrendar presentes que consistían en alimentos, frutas y ceras, nació la costumbre de hacer en los días de difuntos los "pibil-uahes" o "mucbipollos: vianda en forma de tamales envueltos en hojas de plátano con que obsequian, en esos luctuosos días, a las almas de sus parientes muertos. De ahí el "Hanal-Pixan", que quiere decir: "banquete de las ánimas".
En las casas y en los campos, colocan los indios jícaras de atole nuevo y cajetes de comida dedicados a los difuntos; y creen firmemente que, invisibles, descienden las almas a tomar una parte de ella, que es lo que llaman "tomar la gracia".
Es costumbre tradicional en la República, como en todo el mundo, llevar en los días de muertos, ofrendas florales y coronas a los panteones.
En México, además de estos presentes, fabrican en las pastelerías un pan de harina de trigo, con mucha azúcar encima, llamado popularmente "Pan de Muerto"; así como que confeccionan calaveras de dulce, bien adornadas, que obsequian a sus amistades.
En Yucatán, esta costumbre es distinta a la del resto de la República y, quizás, de todo el mundo. Desde el 1o. de noviembre, día de Todos los Santos, y dedicado a los "chiquitos" (los niños muertos), se confeccionan unos bollos de harina de trigo, en forma de figurillas de animales y muñecos, para ofrecer a las almas de aquellos. El 2 de noviembre, día de los Muertos, fabrican los indios unos enormes pasteles redondos, como de treinta centímetros de diámetro, hechos de masa de maíz y manteca, rellenos de pollo y puerco y condimentados con tomate y chile, que resultan muy sabrosos.... Estas tortas de maíz envueltas en hojas de plátano, -como tamales-, son cocidos a guisa de barbacoa en un gran hoyo bajo de la tierra, o "pibil-pollos"; palabra híbrida muy popular.
Además de estos pasteles, entierran en el horno subterráneo, bien calentado con leños y piedras, calabazas grandes, de preferencia la "dzol", j¡camas, camotes, mazorcas de maíz tierno, (pibinales) y unas tortas de masa y frijoles llamadas: "pibil- xpelón". Y una vez cocidos estos alimentos y humeantes aún, los depositan en pequeñas mesas, alumbradas con velas de cera, debajo de los árboles del patio y cerca de las sepulturas de sus familiares; así como sendas jícaras de sabroso "tan-chucua",atole que fabrican con masa de maíz, cacao, pimienta y anís, a modo de "champurrado".
Estas viandas pasan toda la noche del 1o. al 2 de noviembre, en esos pequeños altares, debajo de los árboles. Y cuando las almas de los difuntos "han tomado la gracia", los familiares de aquellos meriendan los "mucbilpollos", tómanse el atole y "pibilnales" entre libaciones de "balché‚" y otras bebidas embriagantes....
Así termina la ceremonia del "Hanal-Pixán" entre los mayas. Tal es el origen de esta costumbre tradicional entre los yucatecos, todos, hasta los que estamos lejos de nuestra tierra!.... Y tan arraigada está, que hasta las familias acomodadas, impelidas por la fuerza de la tradición, confeccionan estas exquisitas tortas, en el Día de los Difuntos, sin practicar la ceremonia india, naturalmente. Y no es raro ver en Mérida, la víspera del 2 de noviembre, a los criados de las casas, llevando por la calle, en enormes bandejas, estos ricos pasteles para obserquiar a sus amistades; costumbre de la que, hasta hoy, no ha prescindido nuestra creciente Colonia Yucateca en la capital. |
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